Palabra de Músico, apoteósico con Xoel López (Teatro Apolo, 18.11.2016)

Después de lo vivido la noche del pasado viernes en el Teatro Apolo por quien escribe estas líneas, enfrentarse al folio en blanco para intentar plasmar todas las emociones y sensaciones se hacía una tarea complicada. No es que en otras ocasiones fuera fácil, pero el haber participado en la entrevista previa al concierto podía restar objetividad a estas palabras. Así que, en vez de analizar la entrevista en sí, me voy a limitar a tratar de transmitir mis sensaciones. Adiós objetividad.

Lo primero, dar las gracias a mi amiga Patricia Alonso, por escribir a Kuver Producciones para proponerme como entrevistador, y a Kuver, por tomar en cuenta la sugerencia y permitirme vivir uno de los momentos más especiales de mi vida. Tengo que decir que no estaba demasiado nervioso antes de salir, pero cuando me vi ya en escena frente al público de un Teatro Apolo lleno… flipé un poco, para que os voy a engañar. Antes de salir era como “vale, voy a hacer esto”, pero, una vez, ahí fue como “está pasando de verdad”. Superados los primeros instantes, con Xoel López ya en escena, me empecé a relajar. Y es que tengo que dar gracias a Xoel, porque me lo puso muy fácil: estuvo simpático, cercano, comunicativo, … y la verdad es que disfruté la entrevista como si se tratase de una conversación con un amigo al que hace mucho que no ves y le fundes a preguntas para ponerte al día. Admirar a alguien por su trabajo, por su capacidad de transmitir, y constatar que, además, es buena gente, es una sensación indescriptible. No sé si al público, el enfoque de la entrevista repasando su historia musical le pareció interesante o no, pero cuando abordé el cómo vertebrar las preguntas, eso fue lo que surgió. Al menos con las preguntas grabadas por transeúntes de Almería hubo risas generalizadas, así que creo que no se durmió nadie.

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Terminada la entrevista, y tras unos escasos minutos para colocar el equipo, Xoel volvía al escenario abriendo el concierto acústico con “Patagonia”. No era la primera vez que veía a Xoel solo en un escenario, pero sí en un teatro. Siempre que he visto actuar a Xoel, solo o con banda, ha sonado genial, pero es que la sinergia de la buena acústica y la intimidad del recinto, hizo del concierto una experiencia totalmente distinta a las anteriores veces que le había visto. Lo que sí se repitió en esta ocasión fue la transfiguración de Xoel en el auténtico “Hombre orquesta”, si hacemos un repaso de todo lo que utilizó durante el _mg_4862concierto nos salen: dos guitarras (acústica y eléctrica), piano, ukelele, armónica, pandereta en el pie, bombo y dos micrófonos (uno normal y otro con reverb).  Esa es otra de las cosas que me alucina de Xoel, la capacidad de cantar en los dos micrófonos y tocar guitarra, bombo, pandereta y, a veces la armónica, a la vez.

El repertorio de la noche se centró en Paramales (Esmerarte, 2015) y Atlántico (Esmerarte, 2012) sonando temas como “Antídoto”, “Todo lo que merezcas”, “Tierra” o “La boca del volcán”. Pero también se “coló” en el repertorio uno de los temas del proyecto paralelo que Xoel mantiene (parado de momento) con su amigo Félix Arias, Lovely Luna. “Parando el tráfico” fue el tema escogido para dar a conocer este proyecto para minorías (como el mismo Xoel lo definió) al público presente en el Teatro Apolo, aunque seguramente habría más que, como quien escribe estas líneas, ya conociera el proyecto y que incluso hubiera disfrutado si hubiera incluido algún tema más como “Borrascón” o “Tan sólo es la vida” (esperamos que Lovely Luna vuelva a activarse en algún momento y podamos quitarnos la espinita de no haberles visto nunca en directo).

_mg_4871Durante el transcurso del concierto, Xoel se dio cuenta que había dejado fuera del repertorio previsto un tema que le había prometido a su técnico de sonido que incluiría en toda la gira, porque le gustaba mucho cómo quedaba sólo a voz y guitarra, “Desafinado amor”, así que lo interpretó para no faltar a su palabra. Otro de los momentos especiales de la noche ocurrió cuando Xoel comentó que había estado viendo el día anterior a Paul Simon (su músico favorito) en Bilbao y que había ido a verle allí porque el concierto de Madrid coincidía con el suyo en Almería. Así que, a modo de homenaje, se marcó un fragmento de “The Boxer”, comentando “puede que incluso la estemos tocando al mismo tiempo sin saberlo”. El momento más divertido de la actuación de Xoel fue sin lugar a dudas, cuando se puso a improvisar canciones de los ochenta, llegando a tocar, a petición de alguien del público “La Lambada”.

_mg_4906Tengo que confesar que el tiempo se nos había pasado volando a mis acompañantes y a mí, por lo que cuando anunció la despedida con “Yo sólo quería que me llevaras a bailar” nos pareció imposible. Entonces miramos los relojes y comprobamos que era totalmente compresible. Terminado el tema, Xoel abandonó el escenario entre aplausos y un público en pie, gran parte del cual pedía, como era de esperar, un poco más.

El gallego tuvo a bien volver a salir a escena y para el primero de los bises invitó a su backliner, para que le ayudase a cantar “Caracoles” porque “tiene una voz muy bonita”. La despedida se hizo definitiva con “De piedras y arena mojada”, tras la cual abandonó definitivamente el escenario, no sin antes, despedirse de todo el público puesto en pie, haciendo la promesa de volver. Te tomamos la palabra Xoel.

Álbum de fotos (pincha en la imagen inferior)

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