El mes de febrero arrancó musicalmente en Almería de la mano de un trío vallisoletano que hace años empezó a visitar estas tierras del spaguetti western, ganándose un buen puñado de incondicionales, que aumenta tras cada visita a la ciudad. Ellos son Arizona Baby.
En esta ocasión, no se colgó el cartel de entradas agotadas, pero poco faltó para hacerlo. Aún así, tenemos que reconocer que el público de aquella noche fue diferente en su actitud, muy metido en el concierto, muy receptivo y sin conversaciones privadas a voz en grito, lo que permitió un gran disfrute para todos del buen hacer de la formación sobre las tablas.
El reloj marcaba las 23:45 cuando Javier Vielba, Rubén Marrón y Guillermo Aragón salían al escenario entre aplausos y gritos de bienvenida. Arrancaron el concierto con «The Truth», tema incluido en su segundo largo, Second to None (Subterfuge, 2009), que comenzó a caldear el ambiente rápidamente. Dando un salto, de lo más antiguo pasaron a lo más reciente con «UpdownAroundGo», de su último disco de estudio hasta la fecha, Sonora (Subterfuge, 2018), con la que el público cantó y bailó a partes iguales.

Poco tardó Javi Vielba en hacer gala de su buen humor cuando comenzó a hacer bromas sobre la «famosa» columna del escenario del Mad Club, con comentarios como «ahora mismo me gustaría ser un camaleón» o «me siento como si fuera a cruzar de acera constantemente», que provocaron las risas y los aplausos de los asistentes.
La mecha ya estaba prendida y todos los ingredientes estaban preparados para una gran explosión llena de música y buen rollo, con temas de toda la discografía arizónica como «Videotapes» -un homenaje a su adolescencia, en palabras de Vielba-, «Create Your Own God» o «Survive», amén de alguna versión muy bien llevada a su terreno como «16 tons». Aunque la voz la cantante la suele llevar el Meister -otro de los nombres a los que responde Javi Vielba-, tras «Ouch!» fue Guillermo Aragón quién se encargó de cantar «What You Are» con muy buen resultado.

El público al completo estaba totalmente entregado a los ritmos que iban marcando los de Valladolid, como si de un trance se tratase, respondiendo con furor a cada tema. Como suele ser habitual en casos como éste, en los que estás disfrutando plenamente, cuando anunciaron que se acercaba la despedida, nos pareció mentira. Entonces miramos el reloj y nos dimos cuenta que, si bien quedarían unos cuantos tema tras el aviso, sí que había pasado ya un tiempo prudencial; prueba de ello era el sudor que brillaba en las pieles de los presentes con tanto baile y vuelo de pelazo. Con «Erase All The Lines» llegó la despedida, ampliamente aventurada en falso, pues faltaba, por lo menos, un tema que si no suena en un concierto de Arizona Baby, todo el público lo echaría en falta.
Así, tras una breve pausa en la que el público no dejó de silbar, aplaudir y gritar pidiendo más, el trío de músicos volvió al escenario para deleitarnos con tres temas más. «Make Believe», fue el tema elegido para abrir los bises, seguido por «Devilish». Tras los dos temas, que son de los de acuñe más reciente, vino el broche de oro con el tema que provoca un torbellino allá donde suena, «Shiralee».

Obviamente, quedaron buenos temas en el tintero, pues la discografía arizónica es ya considerable y es difícil que entre todo en un repertorio de 16 temas (a lo mejor se deberían ir planteando ya un concierto más largo en dos actos con descanso, que tampoco queremos que mueran de agotamiento en escena). Pero, a pesar de ello, estamos seguros de que los presentes, como nosotros, salieron contentos y satisfechos de su encuentro con Arizona Baby. Empezamos a contar ya los días para el siguiente; esperemos que sea pronto.
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